jueves, 19 de mayo de 2011

Fotos explicadas

Una calle un día de lluvia.
Al fondo, los árboles cierran nuestra visión del horizonte. En primer plano, una madre y su hija en bicicleta. No vemos la cara de la madre, tapada por el paraguas (naranja). La niña, tomada del manubrio, sonríe con los ojos cerrados, la cabeza un poco levantada porque la lluvia leve, la acaricia.

viernes, 13 de mayo de 2011

Ejercicio 3

Salió al aire fresco de la noche.

No es que hiciera demasiado frío; adentro estaba muy caldeado. Iba a encender un cigarrillo, pero se demoró escuchando un perro, no demasiado lejos. Como si alguien lo hubiera pateado.

La noche sucia iba cayendo lentamente, y desde el montículo en el que tenía la casita, en verdad, un emparchado de carteles de la ruta y maderas que encontró por ahí; podía distinguir el relumbrar verde que producía el vecindario. Una feria radiactiva.

La tarde moría y los primeros insectos llegaban a alimentarse de la luz de las casas miserables que lo rodeaban.

Dio unos pasos, y sus zapatillas tropezaron con algo duro. Se agachó en la penumbra.

Un abrelatas.

sábado, 7 de mayo de 2011

Una breve historia de casi todo

El astrónomo inglés Martin Rees sostiene que hay seis números en concreto que rigen nuestro universo, y que si cualquiera de esos valores se modificase, incluso muy levemente, las cosas no podrían ser como son.

Por ejemplo, para que el universo exista como existe, hace falta que el hidrógeno se convierta en helio de un modo preciso, pero majestuoso en comparación (específicamente, convirtiendo siete milésimas de su masa en energía). Con un descenso muy leve de ese valor (de 0,007 a 0,006%, por ejemplo) no se producirá ninguna transformación. El universo consistiría en hidrógeno y nada más.

Si se eleva el valor muy ligeramente (hasta un 0,008%), los enlaces serían tan desmedidamente prolíficos que haría ya mucho tiempo que se habría agotado el hidrógeno.

En cualquiera de los dos casos, bastaría dar un pellizco insignificante a los números del universo -tal como lo conocemos y necesitamos-, y el universo no existiría.